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LA RESPUESTA QUE BUSCAS, CRISTO


¿Te has visto sumido en la angustia y en la desazón como no sabiendo donde ir con tu vida?
A veces las cosas en nuestra vida parecen no ir a ninguna parte, todo parece salirnos mal; es como si cada puerta que imaginamos como un escape para las situaciones que nos afligen se nos cerraran una tras otra. ¿Entonces que hacemos?
A menudo caemos en estados de desespero ante estas situaciones, ya sea por razones económicas, de enfermedad o convivencia, por frustraciones profesionales o por falta de trabajo; como también aquellas que afectan nuestros sentimientos y corazón. Pero aunque muchas veces aprendemos ciertas tácticas o técnicas para salir o burlar el sentirnos en estos estados, no logramos solucionar completamente el problema. Es así como ya sea acudiendo a un amigo o a una institución financiera, otras veces cayendo en redes de prestamistas o los bajos fondos de la promiscuidad o lisa y llanamente buscando salida en las drogas y el alcohol. Pero solo conseguimos ahogar por un instante el sentirnos en ese estado; pero tarde o temprano volvemos a la realidad, y cuando lo hacemos descubrimos que “el postrer estado que nos inunda, es peor que el primero”, entonces nos sobreviene la depresión. Este mal tan común hoy día se ha transformado en la enfermedad de moda de este siglo un mal que ha trasformado el paisaje emocional del hombre. Es normal hoy día ver las consultas de los psiquiatras abarrotadas de personas buscado ayuda para su estado de desespero, gastando en ello sumas enormes de dinero en costosos tratamientos que nunca logran terminar. ¿Y porqué es esto?
Porque el hombre se ha perdido del verdadero camino, porque desde siempre este ha buscado independizarse de su fuente de origen que es Dios, ha dicho vez tras vez en sus actos que se siente capacitado para gobernar su propia vida vez tras vez ha fracasado, la situación del mundo hoy día nos lo demuestra, es el hombre en su empeño por gobernarse a si mismo el que ha llevado a la raza humana al estado de decadencia en que se encuentra. Pero el hombre individual insiste en buscar respuestas en los medios que el mismo se ha proporcionado o ha creado, porque un psiquiatra o un psicólogo solo podrá ayudarnos al darnos algunos consejos y fármacos que nos harán sentir un poco más de tranquilidad al enfrentar nuestros problemas, podrá orientarnos en forma práctica acerca de las decisiones que debemos tomar en un determinado momento, pero no nos entregará una solución cabal o definitiva a los mismos. Por otro lado un amigo nos escuchará y tratará de apoyarnos para seguir adelante y tratar de no desmoronarnos ante la situación; por su parte el acceder a una institución financiera con el fin de aliviar nuestra situación económica puede trasformarse en una trampa que nos atrapara y nos dará solo una solución momentánea para un problema determinado, pero cuyas consecuencias pueden ser desastrosas en nuestra economía personal y el de nuestras familias; el tratar de buscar consuelo en la vida promiscua y libertina solo nos hará sentirnos más y más desgraciados, corriendo el riesgo de perder nuestra conciencia moral y hundirnos en un torbellino de libertinaje sexual con su consiguiente riesgo de enfermedad y muerte; las drogas y fármacos nos hundirán en un estado de aislamiento que nos llevará por momentos a olvidarnos de nuestros problemas sin darnos cuenta que estamos cavando más profundamente el hoyo en el cual nos hallábamos sumidos.
¿Te es común el escenario descrito? ¿Estás o has estado a punto de vivir o sufrir algunos de los escenarios descritos? ¿Entonces que debes hacer, ante tal cúmulo de situaciones? ¿Qué camino nos queda tomar?
Afortunadamente para el hombre hay respuestas, solo que el hombre y la mujer de hoy día se muestran reacios a buscar esas respuestas en Dios, porque sienten temor a sacrificar algunas de las cosas que son más caras a su corazón1. Una de las palabras desterradas del lenguaje común hoy día es “pecado”, nadie lo menciona, ni la escuchamos en las noticias, ni lo leemos en los diarios, tampoco en las conversaciones diarias con nuestras amistades; el pecado se muestra como un tema tabú y prohibido por lo que es dejado fuera de dichas conversaciones. ¿pero?, ¿Porqué es esto así? Para responder a esta pregunta debes buscarla en tu propio corazón2, que sentimientos provoca en ti el oír o hablar del “pecado”, pues aunque no queremos pensar en ello, tarde o temprano nos veremos enfrentados a ello. Porque el pecado en si nos acusa y nos enrostra nuestras equivocaciones y fallas, nos demuestra con hechos y en nuestra propia mente y corazón cuando estamos actuando mal y nos apunta directo a los ojos, siempre he dicho que en nuestra vida podremos engañar a mucha gente pero hay dos personas a quienes nunca podremos engañar y esto tarde o temprano nos pasará la cuenta, y esas personas son Dios y a nosotros mismos. Tarde o temprano nos veremos confrontados con nuestro pecado, y es este mismo pecado el que nos acusa e impide acceder a Dios en busca de ayuda, pero esta no es más que una trampa en la cual nos encerramos a nosotros mismos porque Dios está y estará siempre dispuesto a escuchar al hombre que quiera acudir a El3, no importando su condición o estado Dios jamás dejará de escuchar el grito desesperado que clama del corazón del hombre por volver a Dios y recibir de El sus beneficios.
Al crear Dios al hombre, le creó con la libertad de escoger su camino, ello permitiría a Dios probar en el hombre su capacidad de escogerle a El, conocerle, amarle y elegir su destino en completa entrega y sumisión voluntaria a El, Dios en Jesucristo conoció a fondo las consecuencias del pecado, recibió en la cruz el peso del pecado del mundo, conoció la crueldad y lo terrible del corazón del hombre durante sus años en Palestina , fue odiado y escarmentado y aún así siguió adelante y cumplió a cabalidad el plan maestro de Dios para la salvación del hombre. Era necesario que viniera para morir al igual que un hombre, pero soportando el peso de la maldad de toda la humanidad en sus hombros, solo de esa manera podría liberarnos del yugo que el pecado que estaba en nuestra vida y nuestro corazón cernía sobre nosotros acusándonos y llevándonos cautivos a la muerte eterna. Por ello y gracias a este sacrificio expiatorio es que nosotros podemos llegar libremente delante de Dios y entrar en amistad con El, ¿Porqué? Porque el pecado ya no es impedimento para acceder a Dios, por el contrario es la gran razón que nos lleva a acudir a El. El establecer una relación con el Supremo Creador no es ni debe ser una acción traumática, por medio de la cual nos veamos como diminutos seres ante tan grande Ser. Por el contrario Dios quiere hacerse cercano a cada uno, de hecho el motor que impulsa su plan divino de salvación es nada menos y nada más que el AMOR4, un amor que sobrepasa todo entendimiento y que hace posible que el más insignificante ser que habita la faz de la tierra pueda acceder a El y llegar a ser un hijo de Dios con todas las prerrogativas que un hijo debe tener, y no solo hijo sino también heredero5 de su reino, un reino sobre el cual no hay mente humana que se pueda hacer una imagen cabal de su magnificencia.
El hecho es que no importa la condición en la cual te encuentres, no importa la naturaleza de tus problemas ni que tan grave sea tu pecado, Dios en todos los casos está dispuesto a recibirte sin condicionamiento alguno y darte entrada a su reino ya que en su sublime gracia y sin intermediarios te hace partícipe de la salvación por medio del sacrificio de Cristo, solo debes reconocer tu estado de incapacidad para vencer el pecado y aceptar ese sacrificio como el único y suficiente medio para allegarte a El y darle solución definitiva a todos tus problemas6.
Te preguntarás pero ¿el obtener esta salvación no me libra de las dificultades y problemas que he tenido y que me han traído a El? Porque estos siguen ahí y me acechan. Esto puede ser verdad en algún sentido, pero ten la seguridad que los milagros de Dios comenzarán a hacerse presentes en tu vida, primeramente trabajará en tu mente y verás como tendrás poder de decisiones sabias al recibir respuesta a tus oraciones a Dios. Las otras cosas se irán solucionando a su tiempo, tu solo debes procurar mantener tu relación con El lo más estable y firme que puedas, lo demás es tarea de El; quien más que Dios capacitado para solucionar cada uno de nuestros problemas; pero debes saber que nada hace Dios sin un propósito y usará estos mismos problemas para ir formando en nosotros su carácter tema que corresponde a nuestro crecimiento como cristianos, solo nos resta confiar en El.
El amor de Dios hace posible allegarnos a El y esto es porque un día Jesús vino a nuestra vida y nos entregó el más grande regalo que recibió la humanidad, la salvación eterna y esta es gratuita y está al alcance de cada hombre, para ello solo es necesario creer7, aceptando al Hijo de Dios como nuestro único y suficiente Salvador , solo desde ese momento tendremos entrada al reino diseñado para UD. y para mi desde antes de la fundación del mundo.
Lvogt2008.-
Citas: 1.- Mateo 6:21; 2.- Jeremías 17:9; 3.- Jer 29, 13; 4.-Juan 3:16; 5.- Romanos 8: 14-17; 6.-Hebreos 9:24-28; 7.-Hebreos 11:6 .

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